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Artículo de Nikone Cons










Breve aproximación a la historia del rap político en el Estado español


Lo primero que habría que plantear es ¿qué es rap político exactamente? Hoy día se considera rap político aquel que trata explícitamente cuestiones políticas y hace referencias ideológicas específicas ya sean comunistas, anarquistas, altermundistas o anticapitalistas en general, siempre o al menos casi siempre -no conozco mucho rap político explícitamente de derechas, por suerte (aunque existe)- dentro del espectro de la izquierda. Que esto, el rap de izquierdas, sea lo considerado mayoritariamente como rap político no quiere decir que los miles de millones de temas de raperos sumamente mediocres vejando a mujeres de múltiples formas y adorando el “cash” como si de una deidad se tratase no sean odas modernas al capitalismo, es decir, rap pro-capitalista y por tanto rap político también, reaccionario sí pero por eso mismo político.
Hecha la aclaración pertinente haré un breve repaso por lo que yo considero que es el rap político de izquierdas del Estado español. Aunque en el pasado la etiqueta ‘rap político’ no se usaba (se le llamaba simplemente rap, después rap con mensaje o rap protesta, crítica social, etc.) el género como tal evidentemente ya existe desde el ‘Hey pijo‘ (1989) de MC Randy ¿o acaso lo que subyace en dicho tema no es la lucha de clases? Pobres contra ricos, un clásico. Ya sea de manera más o menos expresa, más o menos consciente el rap político existe desde hace décadas en el Estado español.

Graffiti contra el terrorismo patronal, es decir, un graffiti político.
Los años 90
Como ya he dicho desde los inicios del rap en el Estado español podemos encontrar crítica social y conciencia política en sus contenidos, en algunos casos son pequeños retazos en alguna canción, unos simples versos, y en otros son ya temas enteros dedicados a exponer su postura sobre una o varias cuestiones políticassociales e incluso económicas.
Entre los primeros, quienes dedican algunas líneas de su prosa para posicionarse políticamente, podríamos señalar a muchos MCs ya que el rap en el Estado español (como en EE.UU. y muchos otros Estados de Europa) se hizo popular en humildes barrios obreros y el simple hecho de relatar la realidad que allí se vivía (desempleo, pobreza, explotación, represión, etc.) es en sí mismo un posicionamiento político. En EE.UU. el rap fue la CNN de los negros,en el Estado español fue la radio Pirenaica de los nietos de los que perdieron la guerra civil. Nuestros referentes culturales van desde Chuck D a Evaristo Páramos, por suerte; sin olvidar la influencia del movimiento punk en la incipiente cultura hip hop de principios de los 90, pero eso mejor lo dejamos para otro artículo.
Entre los segundos, quienes han hecho canciones más específicas sobre cuestiones políticas y sociales, podríamos contar con otros tantos, desde el mítico Presión y su ‘No puedes pararme‘ (1992) o la Zona Norte Posse (1994) alicantina con Picolo (1993) a la cabeza hasta los catalanes Geronación y sus ‘12 fronteras‘ (1993) pasando por el maño de oro, Kase-O, clamando por la revolución (1993) con frases como “llámame marxista, no me llames prosoviético”. Ojo,  estamos hablando solamente de cuatro grandes referentes en el rap estatal de lo que se denomina ‘vieja escuela’ pero en aquella época había muchos otros MCs, mejores o peores pero que, en cualquier caso, empleaban el rap como un medio de protesta social.
En 1994 vio la luz el primer disco de RAP con mayúsculas editado en el Estado español, ‘Madrid zona bruta‘ de El Club de los Poetas Violentos (CPV), el contundente mensaje antifascista y antiracista que con insistencia se repite en dicho álbum evidentemente tiene su porqué, y no es otro que la amenaza real del fascismo en las calles. A mediados de los noventa los neonazis, mal llamados ‘skinheads’ (en todo caso serían ‘boneheads’), tuvieron cierto auge, se puso de “moda” ser nazi, y tenían presencia en la mayoría de las grandes ciudades del Estado con especial fuerza en Madrid, es por esto que muchos MCs de esta época dedicaron en algún momento de su carrera musical unas palabras a esa lacra social llamada fascismo. Que por desgracia hoy día sigue teniendo una fuerte presencia en la “democrática” España.
“No quiero ver un puto neonazi ni en la calle, ni entre rejas (bang! bang! bang!) unos tiros entre las cejas.” Kamikaze CPV
Con el paso de los años los medios y la experiencia en el panorama estatal de rap (muy reducido si lo comparamos con el actual) fueron en aumento así como el nivel de conciencia en sus letras. Aparecen críticas al consumismo y llamados explícitos a la lucha callejera contra este en ‘El mismo consumismo‘ de Psicohiphopatas (1996), la formación barcelonesa Fusión  nivel-uno relataba la historia de un indigente en ‘El otro mundo‘ (1996), K-directohablaba sobre el ‘Culto a la ignorancia‘ (1996) que supone la vida bajo el capitalismo y Hardcore Stress a su vez reafirmaba la ‘Sangre combativa‘ del movimiento hip hop. Todo esto sucedía en la ‘Puta España‘ (1998) que acertadamente retrataban Pacto EC, cruda como la vida misma Ari (Arianna Puello) nos contaba su parte en ‘No puedo parar‘ (1998), mientras El Meswy le dedicaba su ‘Canto a los niños y niñas de barrio‘ (1997). Tampoco es nada nuevo escuchar raps sobre las crisis capitalistas como tampoco son nuevas estas, ni lo son sus consecuencias que siempre sufren, como no, las clases populares. Otra vez pobres contra ricos, otra vez patente la lucha de clases.
Podemos concluir por tanto, sin ningún atisbo de duda, que en la década de los noventa en el Estado español el rap político no solamente ya existía sino que además gozaba de muy buena salud. Es más, me atrevería a decir que proporcionalmente en dicha época estaba mucho más extendido y aceptado en la comunidad hip hop que actualmente.
(Nota: recomiendo el blog Máximo Respeto -para descargas- a quien le interese profundizar un poco más en el maqueteo rapero de los noventa y también su canal de Youtube -para escuchar maquetas online-)
Década del 2000
A finales de los noventa y principios del dos mil ya eran muchos los grupos de rap que habían editado con alguna discográfica uno o varios álbumes, la industria cultural comenzaba a vislumbrar el potencial negocio que suponía este género musical que hasta entonces había sido minoritario, incluso marginal, dentro de la escena estatal. También se da durante esta temporada una gran proliferación de páginas web dedicadas a esta cultura urbana donde se difunden, entre otras cosas, las maquetas que antes se distribuían principalmente mediante el pirateo de cassettes, en ocasiones entregadas en mano por el mismo artista o a través de envíos postales. Este salto cuantitativo en la distribución y difusión del rap que supuso internet, sumado al abaratamiento en la producción y grabación musical (debido a la mayor accesibilidad a equipos informáticos y con ello a humildes ‘home studios’) desemboca en el inevitable boom del hip hop en el Estado español en los primeros años del dos mil.
Este boom raperil sin duda ayudó a que la cultura se consolidase, a que llegase a más gente, a que fuese un género musical sea más respetado, etc. etc. pero también ha supuesto la domesticación por parte de la industria de esta música rebelde por definición, es decir, toda esa crítica social, ese antifascismo y antiracismo patente, esa carga política que exhibían en sus letras desaparecieron, o en el mejor de los casos se suavizaron, sobre todo entre las formaciones con mayor éxito comercial. Se suele decir que es “el precio de la fama”, que no es más que un eufemismo para referirse a las consecuencias de la asimilación del rap por parte del sistema capitalista; porque hasta entonces en el Estado español el rap no formaba parte de listas de ventas ni de ningún ‘top ten’. Podemos “jugar a vender discos” pero con sus reglas, está claro.
Por supuesto, y como ya he dicho, estamos hablando de los artistas con más tirada a nivel estatal y que en muchos casos nunca han tenido este mensaje político o al menos no sobresalían por ello. A partir de aquí y hasta finales de la década del dos mil es en el ya definido underground del movimiento (puesto que anteriormente todo el hip hop era underground) donde encontraremos mayoritariamente las letras más combativas, comprometidas y radicales del rap en castellano. Hay quien dice que se dejó de lado el mensaje para apostar por el flow, esto es otra forma eufemística de decir que fueron imposiciones de la industria para entrar en el “juego”, el mensaje de los raperos/as no era “políticamente correcto” por lo cual las discográficas (los empresarios, el capital) aplicaron su “democrática” censura.
Pero que nadie lo dude, como bien dijo el Metro (MC de Geronación y posteriormente de La Técnika), primero fue el mensaje y luego el flow, aunque los jóvenes de veinte crean que fue al revés.
No fueron pocos los veteranos de la vieja escuela que siguieron fieles a las raíces rebeldes y reivindicativas del hip hop. Geronación publicaba ‘El zulo‘ en 2002 y ‘Teatro‘ en 2004, ambos discos en la misma línea que se marcó en los noventa, como también lo hicieron El MeswyPacto ECPuskasLos trovadores de la lírica perdida, etc. Otros artistas tomaron una suerte de “tercera vía”, que vendría a ser mantener el discurso político en sus letras pero moderándolo, o moldeándolo, para poder pasar el filtro de las discográficas. Los dos ejemplos que se me vienen a la cabeza son Nach (ya sin el ‘Scratch’) y El Chojin, que sin duda en su momento han sido dos grandes referentes dentro de los sectores más conscientes de esta cultura, pese a que a día de hoy no se cuenten, al menos yo no lo hago, entre los grupos catalogados como rap político. Se han consolidado, han ganado pasta y se han aburguesado. Son felices. Uno impartiendo “cursos de rap” en la SGAE y el otro insultando a Fidel Castro en televisión. Y fue El Chojin quien nos advertía de los ‘camisas remetidas‘, tiene tela la cosa.
Todas estas referencias y muchas otras fueron recogidas por la nueva escuela de la época y así salía a la luz en 2003 la primera referencia de 13 Pasos desde Valencia, más tarde en 2005 uno de sus componentes, Nega, formó junto a DJ Bokah Toni, de La Nota más Alta, uno de los tres grupos que considero clave para la nueva definición de rap político, Los Chikos del Maíz. También en 2003 Stoned Atmosphere aparecía en escena, en este temajunto a Escuela de Odio (2005), años más tarde este MC asturiano volvería a dar que hablar, ya en solitario, como Arma X. Y por último en 2005 debutó Pablo Hasél con ‘Esto no es el paraíso‘. Los Chikos del Maíz, Arma X y Pablo Hasél son lo más representativo de la nueva escuela de rap político (son lo más representativo, repito, no los únicos), marcaron un antes y un después, y no porque esto no se hubiese hecho antes y fuese algo tope novedoso, ya que no era así, sino porque hasta ese momento no se había etiquetado de la manera en que se hizo, es a partir de aquí que se empieza a hablar de rap político en el Estado español.
“Somos los nietos de Stalin, de tus rappers políticos favoritos los padres, que no te engañe el complot.” Arma X
Esta nueva corriente supuso en su momento un gran cambio, tanto es así que este subgénero quedo acuñado bajo el término rap político, cuando es evidente, como ya he planteado, que el rap pro-capitalista, el pacifista, el ecologista, el de derechas, etc. también es rap político. Aún no siendo estrictamente correcta la terminología sirvió para señalar el rap especialmente dedicado a propagar este mensaje anticapitalista, disidente, revolucionario y subversivo (porque todo eso también forma parte del hip hop). Y diferenciarlo así de grupos que puntualmente se acercan a la temática político-social, generalmente de una forma muy superficial y generalista, sin salir de lugares comunes, esto es, “políticos ladrones” y/o “racismo mal“. Hubo una época en que casi todos los grupos de rap tenían en su disco o maqueta “el tema con mensaje“, era prácticamente un requisito pero no pasaba de ahí, como mucho dos cortes, no más. Esta nueva tendencia superó la superficialidad y la escasez de contenidos político-sociales en los álbumes, al profundizar en cuestiones ideológicas se definió como izquierda revolucionaria y a su vez dedicó la mayor parte de sus producciones a difundir esta doctrina. Poco a poco se fueron desarrollando por sí solas ciertas pautas y patrones que concretaban a qué nos referíamos exactamente cuando se hacía referencia a esta nueva etiqueta, el rap político. 
Las “reglas” no escritas de esta ramificación serían, según mi criterio, estas:
  • 1) Ha de ser de pensamiento progresista radical, es decir, de izquierda revolucionaria.
  • 2) Se ha de hablar explícita y (casi) exclusivamente de política o cuestiones relacionadas con esta.
  • 3) Se debe profundizar en dichas cuestiones exponiendo una visión contrainformativa y/o contrahegemónica.
En 2005 salían a la palestra Los Chikos del Maíz con su ya mítica maqueta titulada ‘Miedo y asco en Valencia‘, esta tuvo una gran aceptación y se difundió rápidamente entre los sectores más combativos y concienciados de la novel y masificada “comunidad” hip hop -y lo escribo entrecomillado porque de comunidad realmente poco quedaba a estas alturas- dicha maqueta fue un soplo de aire fresco en un panorama que muy poco tenía que ver con el de la década pasada, las copias de copias estaban a la orden del día, ya fueran copias de los más destacados MCs estatales (véase Kase-O, Rapsusklei, Zatu, Tote, etc.) o lo fueran de copias de formatos yankees (véase el gangsta rap, el rollo pimp, chicano, etc.). La escena post-boom dejaba bastante que desear pero evidentemente entre tantísimos trabajos -maquetas, discos, EP, maxis- se podía encontrar rap real de calidad, aunque, como ya he dicho, la mayoría de grupos (no todos) hubiese rebajado o hasta erradicado por completo su mensaje político. Y creo que esta circunstancia, la falta de mensaje crítico en el rap, tiene mucho que ver con el posterior éxito de LCDMArma X o Pablo Hasél entre otros, y a su vez con la proliferación de este subgénero hoy en relativo auge.
Después vendrían At Versaris reivindicando el catalán (2007) en el hip hop, como así lo hicieron Dios ke te Crew con el gallego (2006) o Selektah Kolektiboa con el euskera (2000), Geronación se quedaría en La Técnika (Metro y Soyez. 2008), El Templo del Tigre introduciría las teorías conspirativas (2009), Mentenguerra acercaba el anarquismo al rap (2010), Insulino Dependiente aportó su rollo gore antisistema (2008), etc. etc. Y esto era solamente el principio.
Del 2010 hasta nuestros días
Con un panorama de rap político no demasiado numeroso pero sí bien definido y en constante desarrollo llegamos a la segunda década del Siglo XXI, llegamos también a estas fechas con una grave agudización de la crisis capitalista a nivel mundial, que golpea con dureza a la Unión Europea y especialmente a los Estados de la periferia de esta (GreciaItaliaEspaña y Portugal), lo cual provoca grandes movilizaciones populares de protesta y el consiguiente aumento de interés e implicación de la población en los diferentes movimientos sociales que lideran dichos actos de disidencia. A raíz de las manifestaciones convocadas en ciudades de todo el Estado para el 15 de mayo de 2011 surgió el movimiento 15-M que tuvo gran repercusión mediática debido a su gran capacidad de convocatoria y también, por qué no decirlo, debido a su falta de propuesta/estrategia real para el cambio político y social, lo que lo hacía quizás no inofensivo pero sí muy poco ofensivo para su enemigo a batir, el régimen monárquico post-franquista.
Evidentemente esta oleada de protestas, con gran participación de la juventud y por tanto con gran influencia en esta, tuvo su respectiva repercusión en el mundillo del rap y tras el boom del 15-M, de repente, muchos raperos y raperas comienzan a subirse al carro, o al menos lo intentan, del rap político. En muchos casos ha sido por convicción, personas que hasta ese momento habían estado “ciegas” y “abren los ojos”, es decir, raperos/as sin ninguna conciencia política que comienzan a desarrollarla; pero sin lugar a dudas también ha habido casos del más flagrante y vergonzoso oportunismo en un intento de capitalizar el descontento social. Algo que se debe señalar es que la mayoría de MCs/grupos que se sumaron a la denuncia social a partir del 15-M no hacían rap político tal y cómo lo entendemos ya que su formación no les permitía desarrollar una crítica profunda y/o compleja, por lo tanto sería considerado rap protestarap socialrap “indignado” o lo que sea, pero no lo catalogaría nunca como rap político. Y es que en muchos casos básicamente se repitieron hasta la saciedad (y hasta el absurdo) las consignas del movimiento 15-M en forma de rap.
Debido al auge de protesta social y con ello mayor politización de la población hoy el rap político vuelve a gozar de buena salud, vuelve a estar extendido y aceptado entre los seguidores/as de esta cultura y también entre sectores progresistas (que no progres) en general, tanto es así que dentro de este subgénero se han creado diferentes corrientes que, a la vez que lo enriquecen, reflejan las ideas y las luchas que se desarrollan dentro de la izquierda revolucionaria en el Estado español:
La mercantilización del rap dotó a este género de una mayor difusión, la capacidad de llegar al público que hoy en día tiene el rap era inimaginable en los noventa (Doble V llena estadios allá donde va), esto nos costó la comentada castración política y la estigmatización de nuestra cultura. Lo que no esperaban quienes decidieron incluirnos en sus listas de ventas para desactivar esta bomba subversiva es que seríamos capaces de revertir dicha situación y que parte de la nueva escuela haría honor a la vieja. Y a mayor público obviamente mayor repercusión, para bien o para mal, y lo que alegremente se rapeaba en una maqueta de los noventa hoy podría ser motivo para que el Estado te secuestre acusado de enaltecimiento del terrorismo, como le ha sucedido a Pablo Hasél o a su productor Marc Hijo de Sam, o acusado de provocar disturbios durante una huelga general como a Pau Llonch, o que te denuncie la ultraderecha como le ha sucedido a LCDM o a Valtonyc. Lo que está claro es que la “libertad de expresión” en el Estado español tiene un precio muy alto (para algunospara otros no) que en el peor de los casos es la prisión con torturas físicas y psicológicas incluidas. Solamente dos nombres: Manuel Pérez Martínez y Arnaldo Otegi, ambos secretarios generales de Partidos políticos, ambos presos (por no mencionar la interminable lista de presos/as políticos).
Podrán encarcelar a todos/as los MCs, pero no podrán detener al hip hop. Parafraseando a Neruda.
Conclusión: el rap desde sus inicios en el Estado español ha sido empleado como herramienta de denuncia social y ha estado ligado a los sectores populares de la población, tras la absorción de este por el mercado capitalista se nos intentó vender la idea de que era una música inocua y apolítica, cuando es evidente, si se conoce un poco su historia, que no es así. Esta música de los oprimidos/as nunca debería haber dejado de ser política y es esperanzador que resurja con fuerza y vuelva a su estado natural, a su estado politizado. Por otra parte es triste que hoy en día sea solamente un subgénero lo que antaño sería considerado simplemente rap de toda la vida.
Atrás quedan los tiempos en que se les llamaba punkismochileros o faltos de flow a quienes verdaderamente comprendían qué es el rap, durante aquella ignominiosa época los “reales” eran esos seudo “gángsters” de baratillo que hoy se comen los mocos.
Y es que como casi dice el Señor Jodeculos Ibarra, al hip hop casi le cambiaron sus ideales por los del capital. Casi, pero no.
“¡Apesta! el mundo da náuseas honestas
porque el capitalista no ha aprendido a restar
¿Y te molesta? pues como no me va a molestar,
casi cambié mis ideales por los del bienestar.”

Escrito por Nikone Cons para Rimas Rebeldes.
PD.1 Obviamente he hablado del rap político que conozco, soy consciente de que hay muchísimos grupos o temas concretos que merecerían ser mencionados en este artículo, por tanto, se agradecen los comentarios aportando otras referencias de rap político, ya sean actuales o antiguas.
PD.2 Después de escribir este artículo me he dado cuenta de que a lo largo de la pasada década hemos perdido a tremendos grupos combativos que prometían mucho. Sirva este artículo de homenaje y reconocimiento a los precursores del rap político en el Estado español.

 

Artículo Escrito por: White Negrata

Rap político

Los poemas contra el sistema de Gil Scott HeronAfrika Bambaataa calmando el odio de las bandas a través de la fiesta, Public Enemy instándonos a combatir el poder establecido o Immortal Technique denunciando las barbaridades del imperio yankee: Rap político. Aunque el Hip Hop nació como grito contra la opresión, hoy en día la imagen estereotipada del rapero está impregnada de un materialismo ostentoso y excéntrico. Yo definiría el Rap político como necesario.
El rapero comercial americano es una especie de nuevo rico. Podemos ver a Jay- Z codeándose con las altas alcurnias o a Birdman enseñando billetes de manera tan exagerada como absurda. El espíritu capitalista ha absorbido gran parte de la música Rap, es evidente. Pero siempre surge resistencia a lo masivo, por pequeña que sea. Personas que se mantienen firmes en sus ideales y escapan del tentador y vil dinero. KRS One podría haber sido un Lil Wayne cualquiera si hubiese querido, pero después de tantos años en la música sigue inquebrantable, utilizando su posición para expandir conocimiento e informar sobre injusticias

En España destacan Los chikos del maízPablo HaselArma X La Tecnika. Vuelvo a insistir en lo necesario que es este tipo de Rap; España es alarmantemente inculta, y es de agradecer que de entre toda esta ignorancia salgan discos como Cine, ideología y cultura de masas o videoclips como La dictadura de la estupidezdejando de lado afinidades o discrepancias ideológicas. Y es que para defensa del sistema ya están todas sus marionetas.
Estos grupos españoles suelen ser líricamente ingeniosos y agresivos, pero cojean en musicalidad. Deberían cuidar más la forma, los flows de todos los mencionados dejan muchísimo que desear. En USA saben como dar mensaje comprometido y envolverlo en música de calidad. El Let's get free de Dead Prez es buena muestra de ello. Centrándonos en cosas más actuales, son remarcables True lies y End of days, de Block McCloud & Vinnie PazLowkey ha creado himnos anti-Obama que suenan muy bien. La francesa Keny Arkana está a un nivel altísimo de mensaje y melodía.

A veces no se ven con buenos ojos estas odas contra el capitalismo y se oyen justificaciones varias para el mismo, como Yako Muñoz cuando dice: "Yo no voy a estar aquí para joder el sistema, yo me cojo el sistema y me lo aprovecho para mí". Yako, recuerda que estás en Madrid y tienes los medios para poder hacer tus trapicheos y ganarte la vida, pero si hubieras nacido en Somalia no tendrías esa oportunidad siquiera. Así que mejor que aprovecharnos del sistema con esa picardía tan alabada por estos lares, lo jodemos directamente y empezamos de cero. 

Yo escucho canciones de pasta y champán si me gusta el ritmo, pero el mundo empeora a diario y la gente necesita concienciarse por cualquier medio. El Rap debe seguir siendo uno de esos medios. Que no se evapore entre las joyas horteras de P.Diddy y tampoco entre las críticas blandas y predecibles de Nach o ZPU.





Florece el Hip Hop político en América Latina

Mientras el Hip Hop se torna parte del tronco de la industria cultural norteamericana a finales de los años 90, en América Latina se convierte en catalizador de núcleos de formación en las periferias urbanas y voz de los oprimidos.
Spensy Pimentel
Traducción: Carolina Casella
CD de Boca Floja, Mexico 
 
Posted By Joana On octubre 1, 2010 @ 12:10 In Geografía,Imagina en resistencia,México, Num. Anterior | Comments Disabled

México, DF. Veinte años atrás, el rap político llega a su cumbre en Estados Unidos. Grupos como Public Enemy , Boogie Down Productions (BDP)  y Niggers with Attitude (NWA) expresaban, cada uno a su manera, el descontento de los habitantes de los guetos de las grandes ciudades del país con la falta de oportunidades económicas para los más pobres y la violencia policíaca, especialmente en contra de los negros y latinos. La virulencia de las letras, recuperando muchas ideas y nombres del movimiento negro de los años 60 y 70, llamaba la atención, y los grupos llegaron a ser blanco de investigaciones del FBI. Congresistas de la derecha hacían discursos rabiosos y paranoicos.
¿Causa? ¿Efecto? Síntoma, de todas las maneras. Mientras hacían eco, por los guetos negros y latinos de los Estados Unidos, versos virulentos contra la policía, como “Fuck the police”  / “They have the authority to kill a minority”, del NWA, una insatisfacción creciente resultó en una serie de revueltas en 1992, principalmente en Los Ángeles, donde policías acusados de dar una paliza al taxista negro Rodney King , captados por un camarógrafo amateur un año antes, fueron absueltos por un jurado formado mayoritariamente por blancos.
Después, los vientos cambiaron en Estados Unidos. La sucesión de gobiernos republicanos – que suelen cortar los gastos públicos, principalmente los destinados a la asistencia social – fue interrumpida en 1993 con la llegada del demócrata Bill Clinton. La caída del muro de Berlín, en 1989, dio fuerza al proyecto neoliberal traducido en el decálogo del Consenso de Washington , y los años 90 fueron marcados por la imposición de patrones económicos que interesaban a los mercados financieros. En América Latina, un grupo de gobiernos francamente alineados con Estados Unidos produjo apertura de los mercados, privatizaciones y el desmantelamiento de la economía. Los rentistas – los que viven de intereses – lucraron como nunca. En menor o mayor grado, el Continente se fue al suelo y sufre hasta hoy las consecuencias de la adopción de las famosas tareas de casa de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
La música de los guetos continuó reflejando el zeitgeist. Favorecida por las políticas de libre mercado, las privatizaciones y nuevas tecnologías, como el invento de la internet, sobretodo, la economía americana vivió un periodo de gran prosperidad. En paralelo, el rap ganó espacio en el mainstream al mismo tiempo que la protesta política pasó a ser una corriente minoritaria. Ganaba espacio, principalmente, el gangsta rap , cada vez más celebrando un modo de vida consumista de artistas que empezaban a ganar dinero con la música. Si los clips de rap antes denunciaban la violencia de la policía contra los jóvenes negros en la calle, ahora pasan a mostrar cómo un negro podía ser detenido como sospechoso en un coche de lujo de último modelo. En el filo de la navaja, entre las dos tendencias, se quedaban personajes como el hijo de Afeni Davis, una antigua integrante del Black Panthers Party, conocido como Tupac Shakur, más tarde 2Pac.
Pero la centella de consciencia política y revuelta traída por el Hip Hop como herencia de los movimientos negros de los años 60 y 70 no murió, solamente emigró. Escondida en los calabozos de la globalización neoliberal, se esparció por los continentes. En Francia, fue la banda sonora de las revueltas de los jóvenes de los barrios pobres contra las políticas neoliberales y la violencia policíaca. En Palestina, envuelve la lucha de los jóvenes en la Intifada [9]. En África, el fruto de la diáspora negra volvió para sembrar la desobediencia civil contra el autoritarismo .
Y fue en América Latina que la semilla del Hip Hop encontró el suelo más fértil; en la región que, desde el siglo XIX, sufre con la sombra de la presencia norteamericana, la enseñanza sobre el valor de la organización comunitaria local en la producción cultural gana nueva dimensión. Mientras el Hip Hop se torna parte del tronco de la industria cultural norteamericana a finales de los años 90, en América Latina, se convierte en catalizador de núcleos de formación en las periferias urbanas y voz de los oprimidos.
Millares de jóvenes, a los cuales no les interesaban los partidos, los sindicatos o los movimientos negro e indígena, de pronto están leyendo obras de Malcolm X y Martin Luther King, buscando información sobre líderes como Zumbi dos Palmares, Che Guevara, Luisa Mahin o Tupak Katari, al mismo tiempo en que promueven fiestas, cursos de baile, dibujo y poesía; además de los trabajos sociales en las comunidades donde viven. La mayoría no se tornará campeón de ventas o millonario, pero seguramente cambiará su vida por esa sutil combinación de arte y política en que se ha convertido el Hip Hop.
Al sur de Río Grande también se baila
Los mexicanos, que son casi 30 millones, entre los nacidos en México y sus descendientes viviendo en Estados Unidos, tienen gran presencia en los guetos americanos, al grado que el país podría ser considerado casi tan importante en la composición de elementos del Hip Hop como Jamaica – de donde vinieron varios de los primeros participantes de fiestas de calle (block parties) donde surgió el movimiento, con elementos como DJing y Mcing. El rap chicano se impuso en los años 90, y el arte del lowriding, por ejemplo, típico de las comunidades mexicanas en la región de Los Ángeles, fue definitivamente incorporado al Hip Hop. No se puede ignorar, incluso, la posible influencia del arte latinoamericano en el grafiti, particularmente el muralismo centroamericano.
A partir de los años 90, uno de los periodos más castigados por las políticas neoliberales, el país generó simultáneamente un movimiento que se tornó referencia para la resistencia contemporánea al capitalismo: el zapatismo. Rappers como Olmeca , que vive en Los Ángeles, y Boca Floja  demuestran la influencia del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional).
Otro país latinoamericano cuyos inmigrantes estuvieron fuertemente vinculados a las raíces del movimiento es Puerto Rico. Algunos de los primeros Mcs, Djs, breakers y grafiteros tenían ascendencia portorriqueña o cubana, o ambas. Era portorriqueño, por ejemplo, Julio 204, precursor del grafiti y del propio Taki 183, el primer practicante de las tags que obtuvieron fama en los medios, en 1971. Otro descendiente de portorriqueños (y cubanos) era DJ Disco Wiz, integrante de una de las primeras crews de Mcs del Bronx.
Hoy, el rap político portorriqueño, conocido como rap boricua, celebra la soberanía del país y ataca a los invasores norteamericanos. En “Mano Dura” , Siete Nueve e Intifada denuncian la ejecución, por agentes del FBI, en 2005, de Filiberto Ojeda Ríos, líder independentista. El video de “Epica del Tiempo”  de Intifada, celebra la resistencia a la ocupación norteamericana, que ya lleva 112 años.
En 2008, el reggaetón, una derivación latina del Hip Hop de tipo más comercial, originaria de Puerto Rico, entró en la política electoral, en la disputa entre Obama y McCain. Daddy Yankee declaró su voto a favor de McCain, y el rapper Siete Nueve le pedía: “Quedate callado!” . Una situación parecida ocurrió también en el gobierno de Bush, con el sambista brasileño Alexandre Pires, quien lloró al encontrarse al presidente norteamericano. “Falló, ensució la bandera brasileña / Avergonzando a la América Latina entera / Inocencia, oportunismo, ignorancia de la historia / Lloró en los brazos de quien tiene fama sin gloria”, cantó  para él en esta época el rapper GOG.
En Brasil, el rap se tornó rápidamente em una de las principales expresiones de un fuerte movimiento de auto-afirmación de la población negra y de reivindicación de espacios en la política, en la economía y en la sociedad. Nombres como los de Racionais MCs  y GOG  inspiraron a millares de jóvenes a buscar comprender mejor su historia y su vida. Toda una generación de rappers destacó en el país desde inicios de los años 90, destacando a su vez, la problemática de la juventud negra en las periferias metropolitanas del país: son nombres como RZO , Sabotage , De Menos Crime , Conexão do Morro , MV Bill , Z’África Brasil , Dexter , entre otros. En la década actual, los rumbos de los trabajos de los Racionais  y de Bill , entre otros, causa debate en el movimiento, incluyéndose contratos con grandes empresas [28] y apariciones en la más grande red de televisión del país, la Globo [29], además de posicionarse en favor de acciones polémicas del gobierno de Lula como la coordinación de la misión de la ONU en Haití .
En tiempos de prosperidad en la economía de un gobierno que cuenta con la aprobación de la mayoría de la población negra y pobre, el rap político ha perdido espacio. Ganó terreno en el país el funk carioca, por ejemplo, una derivación de un estilo de rap norteamericano, el miami bass , más bailable y abordando temáticas más vinculadas a la sexualidad . Aún así, el funk carioca enfrenta la criminalización, de la misma manera que otras manifestaciones culturales populares, principalmente debido a las letras que abordan (y, desde el punto de vista de algunos, exalta) el crimen organizado de Rio de Janeiro. Artistas del funk carioca como Deize Tigrona [34] obtuvieron fama internacional.
Al mismo tiempo, la mayor consciencia sobre los límites de la toma del poder por un partido de izquierda y la necesidad de seguir la lucha social fuera del ámbito estatal destacan a un nuevo grupo de activistas-artistas, como es el caso del colectivo Lutarmada . El desatino de la industria de la música también lleva a la reflexión sobre maneras alternativas de distribución, y nuevos patrones de comportamiento frente a los medios y los partidos políticos, como es el caso de los MCs Emicida , Rashid  y Rapadura , o de los grupos Facção Central  e Tr3f – este último, del escritor Ferréz , caso que demuestra la interrelación profunda entre el Hip Hop y el movimiento de literatura periférica, o marginal, en ciudades como São Paulo-. No siempre se trata de una “nueva generación”. Hay casos en que se trata de gente con años de carrera en el movimiento, pero que representan ese nuevo momento que llegó para el Hip Hop en Brasil, delante de la actual coyuntura política (el link arriba es para un clip de la Facción Central que fue censurado por la justicia en 1998).
En otros países, como Venezuela y Cuba, donde hay un explícito proyecto socialista en marcha, los gobiernos locales dan apoyo masivo al Hip Hop como forma de cultura joven. En Cuba, hasta existe un organismo estatal específico, la Agencia Cubana de Rap , para dar soporte al movimiento. Una intensa articulación con los afrocubanos en EE.UU acontece alrededor del evento Agosto Negro, que existe desde 1998 y envuelve, entre otros elementos, la solidaridad con presos políticos negros en Estados Unidos (como el padrasto de Tupac , preso hasta hoy) – por iniciativa de la activista Nehanda Abiodun veterana del Black Power que obtuvo asilo político en Cuba-. Nombres fuertes de esa escena del rap político cubano son, entre otros, Anonimo Consejo , Los Aldeanos  y Obsesión .
En Venezuela, desde 2005, el gobierno ayuda a promover la Cúpula Internacional de Hip Hop, que es anual y ya está en su 5a edición. Allí están grupos como Hip Hop Revolución , Kultura Santa y Séptima Raza. En sociedad con el gobierno, el movimiento está creando la red de Escuelas Populares de Artes y Tradiciones Urbanas (Epatu). Por las cúpulas venezolanas ya pasaron grupos de varios países, como Legua York  (Chile), Actitud María Marta (Argentina) y Metaforus  (República Dominicana). Y hay, evidentemente, también, los que cantan contra el gobierno .
Una de las grandes novedades de los últimos años, aún, es el rap indígena. En Bolivia, donde dos tercios de la población pertenecen a alguno de los más de 35 pueblos originarios del país, se destaca la producción de El Alto, donde apareció el grupo Wayna Rap , rimando en aymara (una de las dos principales etnias del país) y donde vivía el activista Ukamau Y Ke , muerto en 2009.
En Chile, los Mapuche , que son el principal grupo indígena del país, enfrentan pesada discriminación racial y violencia policíaca. La identificación con el Hip Hop es inevitable. En la frontera de Brasil con Paraguay, los Guarani-Kaiowa enfrentan una situación semejante: en las aldeas del grupo, sobreplobada por el confinamiento promovido por el gobierno brasileño a lo largo de todo el siglo XX, con la finalidad de liberar las tierras productivas de la región para el agro negocio, los jóvenes enfrentan hambre, enfermedades, suicidios y, ahora, como reacción, surgió el Hip Hop, cantado en guaraní .
El Hip Hop en América Latina no para de evolucionar y transformarse. Como en la metáfora de los modernistas brasileños, evocando la herencia de los indios tupi de la costa brasileña, caníbales en la época de la conquista, el continente promueve una antropofagia cultural, engullendo, digiriendo y transformando la herencia de la diáspora negra. En este momento, no sólo aparecen proyectos que demuestran cada vez más la consciencia de esa realidad, como el reciente disco Distant Relatives , del americano Nas y del jamaiquino Damian Marley. Con los artistas de más visión, millares de rappers, breakers, grafiteros aprovechan cada vez más las oportunidades para viajar y promover encuentros e intercambios.
PD: Aunque no es más la principal corriente del Hip Hop en Estados Unidos, el rap político sigue resistiendo. Artistas como Dead Prez , Mos Def, Talib Kweli, The Roots, Erikah Badu, entre otros, mantienen la linea de resistencia. La presencia de latinos y sus descendientes como Immortal Technique  e Zack de la Rocha  siguen fuertes –quién diría que una banda de rock como Rage Against the Machine [61]ayudaría a mantener la línea de ataque en un periodo en que gran parte de los rappers está más preocupada en exhibirse con coches, ropas y joyas-. Existe el caso del inmigrante haitiano Wyclef Jean .que intentó ser candidato a presidente de su país natal.

PD2: Este texto es un esfuerzo para sistematizar una enorme cantidad de información. Agradecemos cualquier corrección, ampliación o apartados con los cuales los lectores puedan contribuir.


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